de Larroque-Toirac
Desde la carretera del valle del Lot, este castillo aferrado a los acantilados impresiona inmediatamente por su verticalidad. Sus dos torres circulares refuerzan la impresión de fortaleza inexpugnable. Sin embargo, la historia ha demostrado lo contrario, ya que los ingleses asaltaron el castillo en varias ocasiones. La otra particularidad son las grutas situadas en la parte trasera del edificio, así como los jardines en terrazas con numerosos árboles exóticos. Las estancias interiores no se quedan atrás, gracias al notable trabajo de conservación realizado en los elementos originales. Con su mezcla de geología, historia, arquitectura y botánica, una visita guiada del lugar y del castillo le transportará a través de las puertas del tiempo.