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A orillas del río Célé, la abadía del siglo IX y las numerosas casas antiguas revelan la riqueza de esta ciudad, que ha sabido atravesar las épocas, desde la Media Edad hasta nuestros días.
La abadía de Saint-Pierre, fundada por los benedictinos en los albores del segundo milenio, presenta aún bellos vestigios, a pesar de las destrucciones ligadas a las sacudidas de la Historia (Guerra de los Cien Años, conflictos entre católicos y protestantes). Se pueden organizar visitas guiadas durante todo el año, en este pueblo que contaba con cerca de 900 habitantes a finales del siglo XIX.