Vue drone de CardaillacVue drone de Cardaillac
©Tours et maisons Cardaillac|Cyril Novello
Un paraísopara aficionados a la historia

Cardaillac, el pueblo de las tres torres

Encaramado en su espolón rocoso, en el corazón de un paisaje verde, Cardaillac despliega su silueta fortificada. A las puertas de Figeac, en el Lot, este pueblo medieval nos ofrece, desde una de sus tres torres señoriales, una vista despejada de los bosques de Ségala y la campiña circundante. Atravesado por la GR6 que permite a los peregrinos de Santiago de Compostela llegar hasta Figeac en el santuario de Rocamadour, Cardaillac está clasificado como uno de los «Pueblos más Bonitos de Francia«. Desde el fuerte, barrio señorial, hasta el Mercadiol, barrio religioso,recorramos estos lugares, testigos de la historia del pueblo.

Una familia, tres barrios

Cuatro Torres

El pueblo debe su nombre a una poderosa familia que gobernó en el Quercy desde el siglo XIII: la familia Cardaillac. Dividida en seis ramas, se estableció en varios pueblos de la región y mantuvo Cardaillac como feudo simbólico hasta la Revolución.

En la Media Edad, el pueblo estaba compuesto por dos distritos. En su espolón, el bourg castral formaba un importante complejo fortificado, mientras que parte del pueblo se extendía más allá del recinto. Cerca de allí, un priorato ocupaba el lugar de la actual iglesia parroquial.

El pueblo tenía hasta cuatro torres que representaban el poder señorial de cada rama de la familia Cardaillac. Hoy en día, sólo quedan dos torres cuadradas de las cuatro: la torre de l’Horloge y la torre de Sagnes. Las fortificaciones aún adornan el paisaje.

¿Qué ver en Cardaillac?

Lo imprescindible

Exploremos la ciudad de casas medievales y callejuelas pintorescas:

La Las Llaves de Cardaillac nos invita a explorar el pueblo. Contiene incluso adivinanzas para niños.

Las llaves de Cardaillac.

Inusual y emocionante

El Museo Destrozado

El Musée Éclaté nos sumerge en el siglo XIX, en la vida cotidiana del pasado. Y es en compañía de Annie Mage, una mujer apasionada y fascinante, como se nos cuenta la vida en el siglo pasado. Paseamos por el pueblo para descubrir siete lugares. Desde la antigua escuela, hasta el sabotaje o el vapor de ciruelas, prepárate para viajar en el tiempo.

Una vista panorámica desde arriba

de la torre Sagnes

La mejor manera de apreciar la arquitectura del pueblo es subir a lo alto de la Torre de Sagnes. vista panorámica! A nuestros pies, ¡el barrio noble con sus casas de los caballeros y la aristocracia!

Un descanso bucólico

En el jardín medieval

Este pequeño remanso de paz es en sí mismo un concentrado de plantas atípicas: plantas medicinales y tintóreas de la Edad Media, ¡y también las llamadas «plantas de brujas» a las que se atribuía un poder mágico! El potager ofrece una gama de plantas cultivadas para la preparación de comidas de la época: verduras finas para preparar sopas, plantas aromáticas, condimentos para acomodar carnes. Justo al lado, la zona de juegos ajardinada hará las delicias de los niños.

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